Una vez que una persona se convierte al Islam, comienza a entender que las pruebas, tribulaciones y triunfos de esta vida no son actos aleatorios de un universo cruel y desorganizado. Un verdadero creyente entiende que nuestra existencia forma parte de un mundo bien ordenado, y que la vida se desarrolla exactamente de la manera en que Dios, en Su infinita sabiduría, ha dispuesto.
Dios nos dice que seremos probados y nos aconseja enfrentar nuestras pruebas y tribulaciones con paciencia. Esto es difícil de entender a menos que se acepte la Unicidad de Dios, la religión del Islam, en la cual Dios nos ha dado pautas claras sobre cómo comportarnos cuando enfrentamos pruebas y dificultades. Si seguimos estas pautas, que se encuentran en el Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad, es posible soportar las aflicciones con facilidad e incluso ser agradecidos.
"Y, ciertamente, os pondremos a prueba mediante el miedo, el hambre, pérdidas de bienes y pérdidas de vidas o de frutos. Y anuncia (¡oh, Muhammad!) buenas noticias a quienes sean pacientes;" (Corán 2:155)
Un creyente sabe que lo que le ocurre está decretado por Allah, y que las pruebas son para nuestro beneficio, ya que siempre traen algo bueno, y esta vida no es más que un lugar transitorio, una parada en el viaje hacia nuestra vida eterna. Si podemos aceptar esto y dar la bienvenida a Allah en nuestros corazones, experimentaremos una verdadera paz interior.
