Para los musulmanes, Palestina no es solo una tierra, sino una confianza sagrada.
Allí se encuentra la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado en el islam, y está profundamente conectada con las historias de los profetas: Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad (que la paz sea con todos ellos).Pero más allá de su importancia religiosa, lo que sostiene a los palestinos es la fe.