La yihad es uno de los conceptos islámicos más incomprendidos. A menudo se asocia con la violencia y el terrorismo, particularmente por algunos medios de comunicación occidentales. Sin embargo, el término tiene un significado mucho más amplio y complejo que esta descripción simplista.
En árabe, Yihad significa “lucha” o “esfuerzo” y tiene dimensiones tanto espirituales como físicas. La Yihad espiritual implica una lucha personal para mejorar uno mismo y superar las debilidades internas, como la codicia, la arrogancia y la envidia. Su objetivo es purificar las propias intenciones y acciones, desarrollar una relación más estrecha con Allâh (Exaltado sea) y alcanzar la excelencia espiritual. Este tipo de Yihad es, de hecho, la forma de lucha más importante y más elevada, como dijo el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allâh sean con él): “El [verdadero] luchador es aquel que lucha contra su propio ego"
La Yihad física, por otro lado, implica una lucha contra los enemigos del Islam, particularmente aquellos que amenazan la seguridad de los musulmanes y sus tierras. Sin embargo, este tipo de Yihad a menudo se malinterpreta como un llamado a la violencia o agresión indiscriminada contra los no musulmanes. En realidad, el Islam fomenta la coexistencia pacífica y prohíbe cualquier forma de agresión o daño a los no combatientes, ya sean musulmanes o no musulmanes.
En términos islámicos, la Yihad física tiene ciertas condiciones y regulaciones que deben observarse. En primer lugar, sólo puede ser declarado por una autoridad o líder legítimo, no por individuos o grupos que actúen por propia voluntad. En segundo lugar, la yihad puede ser de naturaleza defensiva u ofensiva, encaminada a repeler un ataque, defenderse de una agresión, luchar contra la opresión o luchar por la justicia. En tercer lugar, debe ser proporcional, es decir, que la fuerza utilizada debe ser proporcional a la amenaza que se enfrenta. En cuarto lugar, debe evitar dañar a los no combatientes o causar destrucción innecesaria. Por último, debe llevarse a cabo de acuerdo con la ética y los valores islámicos, como la compasión, la equidad y la justicia.
Además, la Yihad también tiene formas no violentas, que son igualmente importantes para el cumplimiento de sus objetivos. Estos incluyen la Yihad de la lengua, que implica hablar con la verdad, argumentar con sabiduría y paciencia y difundir el conocimiento y la conciencia del Islam. También incluye la Yihad de la pluma, que implica escribir y publicar obras islámicas que contrarresten los mitos y malentendidos sobre el Islam y presenten sus verdaderas enseñanzas de una manera integral y persuasiva.
En conclusión, la yihad es un concepto multifacético y matizado en el Islam que incluye dimensiones tanto espirituales como físicas. No es un llamado a la violencia sin sentido, sino una lucha para defender los valores y principios islámicos, defenderse de la opresión y la agresión y lograr la excelencia personal y colectiva. Comprender el verdadero significado de la Yihad es esencial para promover la paz, la tolerancia y el respeto mutuo entre musulmanes y no musulmanes, y combatir las ideologías extremistas que secuestran el concepto para sus propios objetivos nefastos.