Hola querido: Estoy feliz de conocerte.
Te ruego que te tomes unos minutos de tu valioso tiempo para hablarte sobre mi religión, que quizás no hayas oído antes, y es una religión que merece ser llamada y abrazada por su pueblo.
Dios, glorificado y exaltado sea, nos creó para adorarlo, porque Él es el Creador, el Proveedor y el Organizador que nos favorece. Él es quien nos alimenta, nos da de beber, nos sana cuando estamos enfermos y dirige todos nuestros asuntos. Él es el único digno de adoración, no tiene ningún socio en su grandeza.
Dios, glorificado y exaltado sea, envió mensajeros, entre ellos Abraham, Noé, Moisés, Jesús y el último de ellos, Muhammad (la paz sea con ellos). Todos estos profetas y mensajeros llamaron a la gente a adorar a Dios, el único, sin asociarle ningún compañero.
Dios, glorificado y exaltado sea, prometió que aquellos que creen en Él, en Sus ángeles, en Sus libros, en Sus mensajeros, en el Día del Juicio, en el destino, tanto el bien como el mal, y que hagan buenas obras y mueran en ese estado, entrarán en el Paraíso, cuyo ancho abarca los cielos y la tierra. En él hay cosas que ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado y ninguna mente humana puede imaginar. Es un Paraíso sin enfermedad, pobreza ni muerte, sino una vida eterna y feliz.
¿Has descubierto cuál es mi religión?
Es el Islam, la religión de todos los profetas y mensajeros, la religión de Moisés, Jesús y Muhammad (la paz sea con ellos), la religión que Dios, glorificado y exaltado sea, ha elegido para la humanidad y los genios.
El Islam nos ordena la justicia, la bondad, el respeto a los padres, la amabilidad con los vecinos, el respeto a los mayores, la misericordia hacia los más jóvenes y la compasión. Además, incluye muchas virtudes y cualidades morales que son fundamentales en nuestra religión.
Dios, el Altísimo, reveló el Corán a Muhammad (la paz sea con él), el último de los profetas y mensajeros. Es la palabra de Dios, glorificado y exaltado sea, y no ha sido alterado ni corrompido, como ocurrió con otros libros. Dios, glorificado y exaltado sea, se ha encargado de su preservación.
Ahora, ¿quieres abrazar el Islam?
Entrar al Islam es fácil y sencillo. Solo tienes que testificar que no hay más dios que Alá y que Muhammad es el Mensajero de Alá. Con esto, te conviertes en musulmán. Si además haces buenas obras y mueres siguiendo el Islam, entrarás en el Paraíso por la misericordia de Dios, el Altísimo.
Pero aquellos que no creen en el Islam y mueren sin aceptarlo, es lamentable y triste que entrarán en el Infierno después de su muerte, donde permanecerán para siempre. El Infierno es más intenso que el fuego de este mundo, setenta veces más, y en él hay un castigo extremadamente severo. Temo por ti de ese destino, al igual que temo por mí mismo.
¿Has aceptado el Islam?
Entonces, declara ahora con tu lengua y de su corazón:
"Testifico que no hay más dios que Alá y que Muhammad es el Mensajero de Alá."
Me complace informarte que ahora eres musulmán y que todas tus faltas anteriores han sido perdonadas por la gracia y la majestuosidad de Dios.
Espero encontrarte en el Paraíso
