Los musulmanes no adoran la Kaaba ni la piedra negra. La Kaaba es una estructura cuboide en La Mekka a la que se dirigen los musulmanes mientras rezan. Esto se debe a que la dirección de la oración (qiblah) se fijó inicialmente hacia Jerusalén, pero luego fue cambiada a La Mekka (la ubicación de la Kaaba) por el Profeta Muhammad bajo instrucción divina. La Piedra Negra es un objeto sagrado ubicado en una esquina de la Kaaba y tiene importancia ya que se cree que vino de los cielos. Los musulmanes realizan un ritual durante el Hayy o la Umrah en el que besan o tocan la Piedra Negra como parte de su peregrinación, pero no tiene ningún significado religioso esencial más allá de este acto: es sólo un símbolo venerado. En resumen, la adoración entre los musulmanes está dirigida únicamente a Al-lâh pero no a ningún objeto físico.
En conclusión, es totalmente incorrecto sugerir que los musulmanes adoran la Kabah o la piedra negra. El culto musulmán está dirigido únicamente a Al-lâh, y estos objetos físicos sirven sólo como símbolos de la unidad, la devoción y la sumisión musulmana a Dios. Los musulmanes realizan actos de homenaje hacia estos objetos como medio de expresar su fe y conexión con la tradición islámica, pero no los adoran como ídolos o deidades. Es esencial comprender las distinciones de la fe y la práctica islámicas para evitar conceptos erróneos e interpretaciones erróneas.