No al sexo fuera del matrimonio
Todo se compone de unidades pequeñas, al igual que una casa está construida con ladrillos. Del mismo modo, la piedra fundamental de la sociedad es la familia: un hombre y una mujer que se unen para formar una unidad completa.
A pesar de su aversión al divorcio, el Islam lo permite como un remedio necesario cuando las cosas van mal. Alienta la preservación de la familia porque es la institución más importante en la sociedad humana.
El sexo fuera del vínculo matrimonial reduce a la familia a una institución que impone cargas innecesarias.
¿Por qué un hombre debería gastar de su dinero y asumir responsabilidades cuando puede obtener placer en relaciones casuales que se terminan fácilmente, y se descartan como una servilleta desechable usada?
Nada es más perjudicial para una relación estable y la institución familiar que los movimientos radicales polarizados que marginan al otro sexo.
Los movimientos feministas comienzan con una premisa que es contraria a la naturaleza de las mujeres. Se imaginan que ayudan a las mujeres cuando defienden el sexo libre y sin restricciones. Piden a las mujeres que se comporten exactamente como los hombres, independientemente de las diferencias fisiológicas y psicológicas entre los dos sexos.
Esto ha llevado a la aparición de una generación que considera la relación matrimonial demasiado restrictiva, cuando es el vínculo fundamental que promueve la seguridad social.
Esta generación pregunta: ¿por qué uno debería agobiarse con hijos y compromisos?
La pregunta es: ¿a dónde nos lleva esto?
El resultado es que el 16% de los niños del mundo crecen con un solo padre. La cifra es aún mayor en los países occidentales que no fomentan la continuidad de la familia.
En los Estados Unidos la cifra llega al 35%, lo que significa que más de un tercio de los niños del país más poderoso del mundo crecen en un ambiente familiar disfuncional. El 80% de esos niños viven en familias donde la madre está sola y sus padres las abandonaron por otras mujeres. En Canadá, la cifra es del 22%, mientras que en Gran Bretaña es del 21,5%. Y quienes más sufren son los niños como resultado de esto.
Los estudios muestran que el divorcio y la separación de la familia dejan efectos adversos en los niños, ya que se sienten inestables, aprensivos, ansiosos y se aíslan, además de tener problemas en sus estudios. El Islam describe el matrimonio en buenos términos, como en el versículo coránico que dice:
"Entre Sus signos está haber creado cónyuges de entre ustedes para que encuentren sosiego, y dispuso entre ustedes amor y misericordia. En ello hay signos para quienes reflexionan" (Corán 30:21).