Allâh (Exaltado Sea) es la palabra árabe que significa, el Dios Único. La fe islámica sostiene que Allâh es el único Dios verdadero digno de adoración y obediencia, y que es el creador del universo y de todo lo que existe en él. Los musulmanes creen que Allâh se comunica con la humanidad a través de escrituras sagradas y profetas, y que se deben obedecer sus órdenes.
De acuerdo con el concepto islámico de Al-lâh, Dios, es un ser todopoderoso que está más allá de la comprensión humana. Los musulmanes creen que Allâh es el más misericordioso y compasivo, también es justo, y que recompensará a las personas por las buenas acciones y las castigará por las malas. A diferencia de muchas otras tradiciones religiosas, no puede representarse de ninguna forma material.
Los musulmanes creen que Allâh ha revelado su voluntad a través de una serie de textos sagrados, incluido el Corán, el cual se considera la palabra literal de Dios revelada al profeta Muhammad (la paz sea con él). Además, los musulmanes creen que Dios ha enviado una larga línea de profetas, incluidos Adán, Abraham, Moisés y Jesús (la paz sea con todos ellos), cada uno de los cuales trajo mensajes y guía divinos a la humanidad.
La práctica islámica está centrada en someterse a la voluntad de Allâh, y se espera que los musulmanes observen una serie de prácticas y rituales religiosos como demostración de su fe. Estos incluyen las oraciones diarias, la caridad y el ayuno durante el mes sagrado del Ramadán. El objetivo final de la práctica espiritual musulmana es complacer a Allâh y alcanzar un estado de cercanía y devoción hacia Él.
En conclusión, Allâh es la deidad única y suprema que creó el universo y se comunica con la humanidad a través de escrituras sagrados y profetas. Los musulmanes creen que Allâh es el ser todopoderoso, que está más allá de la comprensión humana y que es el más misericordioso y justo. La práctica islámica se centra en la sumisión a la voluntad de Allâh y tiene como objetivo cultivar una conexión espiritual profunda con él.