En primer lugar, es necesario entender que el propósito de los milagros es diferente en ambas religiones. En el cristianismo, los milagros se consideran formas de demostrar que Jesucristo era el hijo de Allâh (Glorificado sea) y tenía poderes divinos. Sin embargo, en el Islam, la atención principal está en el Corán, que se considera un milagro en sí mismo. Los musulmanes creen que Allâh reveló directamente el Corán a Muhammad y se considera la revelación final y completa. Por lo tanto, no hubo necesidad de más milagros para establecer la autenticidad del mensaje de Muhammad.
En segundo lugar, es importante señalar que la historia es un factor crucial a la hora de comprender la vida de Jesús y Muhammad. Jesús vivió en una época en la que los milagros eran importantes; Desempeñaban un papel crucial en la sociedad judía y la gente buscaba una figura mesiánica que los representara. En cambio, Muhammad vivió y fue enviado a una época en la que la racionalidad y la ciencia se estaban desarrollando. Por lo tanto, es posible que Muhammad evitara realizar milagros para centrarse en sus enseñanzas y misión, en lugar de ganar seguidores a través de maravillas.
En tercer lugar, la misión de Muhammad era diferente de la de Jesús. Jesús realizó milagros visibles y materiales para hacer que los hijos de Israel creyeran en su profecía. Sin embargo, la misión de Muhammad continuó uniendo y reformando las tribus árabes y creando una sociedad basada en la justicia y la igualdad. Por lo tanto, su atención se centró en difundir el mensaje y las enseñanzas de Allah, en lugar de realizar milagros.
Finalmente, es importante reconocer que ha habido varios casos en los que Muhammad ha sido asociado con milagros. Por ejemplo, la división de la luna, el agua que fluye de sus dedos y la alimentación de un gran grupo de personas con una pequeña cantidad de comida. Sin embargo, estos asuntos se tratan como menos importantes que las enseñanzas del Corán. Por lo tanto, se presta menos atención a los milagros y más énfasis a Sus enseñanzas. Esto resalta la naturaleza única de su mensaje y misión. Su atención se centró en difundir el Mensaje de Allah y crear una sociedad justa e igualitaria. El Corán fue visto como su principal milagro y dedicó su vida a enseñar y difundir su mensaje. Por lo tanto, el mensaje y las enseñanzas de Muhammad siguen siendo tan poderosos e influyentes hoy como lo fueron durante su vida.