La mayor bendición al abrazar el Islam es la promesa de Alá de un paraíso eterno para los musulmanes. Allí vivirán para siempre, donde todos sus deseos se harán realidad.
Aquellos a quienes Alá conceda esta inmensa recompensa vivirán en felicidad eterna, libres de enfermedad, dolor o tristeza.
Alá estará complacido con ellos, y ellos estarán complacidos con Él.
Incluso el rango más bajo en el paraíso otorgará a su poseedor un reino igual al de uno de los mayores reyes de este mundo, multiplicado diez veces.
Tendrán todo lo que sus corazones deseen y todo lo que deleite sus ojos. Alá dice:
*"Y (también destruimos los pueblos de) 'Ad y Zamud. Y habéis visto con claridad lo que fue de sus hogares (¡oh, habitantes de La Meca!). El Demonio hizo que se dejaran seducir por sus acciones y los extravió del camino, mientras que creían estar en la verdad."* (Corán 29:58).