Cuando una persona abraza el Islam, todos sus pecados pasados son perdonados, y se le brinda la oportunidad de comenzar una nueva vida guiada por la piedad y la virtud. Como musulmán, siempre puede arrepentirse ante Alá cada vez que comete un error, ya que Alá perdona los pecados de aquellos que se arrepienten sinceramente ante Él. Un musulmán no necesita intermediarios ni confesar sus pecados a otros; sus pecados permanecen únicamente entre él y Alá.